Mostrando entradas con la etiqueta Nikola Tesla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nikola Tesla. Mostrar todas las entradas

lunes, 27 de junio de 2022

El mundo se reduce a nada


El mundo se reduce a nada

Fragmento de la novela “Las puertas del tiempo”

Bajó al estudio, sobre su escritorio tenía la correspondencia y los periódicos acumulados de varios días. Se sentó en el sillón, justo frente a la fotografía de la enigmática mujer del desfile. Se le quedó viendo largo rato.

–Creo que ya nos vamos conociendo María –dijo con el rostro pleno de una leve sonrisa.

-Pero sería mejor que tú me lo contaras todo.

-¿Cómo pudiste aparecer de la nada en el negativo de mi cámara fotográfica?

-¿No quieres hablar? bueno… será otro día. Después de una pausa continuó -Pues sí que me has sorprendido, pensé que las médiums eran, cómo te diré… gentes poco serias… y no te enfades, pero esto es nuevo para mí.

-Hitler no te tendría a su lado si no fueras una buena clarividente ¿se dice así? supongo. Una vez se me ocurrió que sería interesante tener facultades paranormales, de niño, claro. Algo así como poder volar. ¡Vaya tontería!, pero me divertía la idea. Otra cosa es la percepción extrasensorial, eso de adquirir información a través de los sentidos, ¡qué digo de los sentidos! A través de la mente, del pensamiento. Tomó el montón de periódicos, veía sin atención los encabezados -el mundo se reduce a nada, -reflexionó -las cosas pierden sentido cuando descubres que la realidad es una fantasía. 

-Y eso de ser amiga personal de Nikola Tesla –el fotógrafo se le quedó viendo expectante, como si tuviera la certeza de escuchar su voz en cualquier momento. -Dicen que es un tipo bastante excéntrico, por cierto, ¡Mira…! -dijo señalando una nota en el periódico –te leo un fragmento: El científico asegura estar recibiendo señales de radio de una naturaleza altamente inusual. Supongo que no te sorprende la noticia, probablemente ya te habrá comentado algo. Arrojó al bote de basura los diarios que rebosaron el cesto, oprimió los de arriba con su mano, cuando la retiró reconoció la foto de un hombre, de inmediato tomó el periódico, leyó incrédulo la noticia: Acribillan a balazos al comerciante alemán Dieter Frei, encontraron su cuerpo junto al de un delincuente altamente peligroso, que en vida se le conoció con el apodo del Zarco. Se desconocen las causas del doble homicidio. 

-Dieter Frei… Dieter Frei.  –dijo su nombre varias veces -Dieter Frei ¡está muerto! Se le heló el cuerpo, palideció, estuvo a punto de hablarle a Susan, vio el reloj, casi las 11. –Es tarde, esto puede esperar a mañana. Puso el diario junto a las cartas, vales de compras, recibos, publicidad y… ¿Qué es esto? Un sobre tamaño carta, no tenía remitente, lo abrió. –¡Otra vez la revista! –se dijo. La misma portada, las hojas en blanco, sólo que ahora, la única página ilustrada con un dibujo encuadrado en un rectángulo, era la número 15.

Novela "Las puertas del tiempo" - La sociedad secreta PI

de venta en Amazon


miércoles, 11 de mayo de 2022

El estanque de las Tortugas



Fragmento de la novela “Las puertas del tiempo”

La sociedad secreta Pi 

…No fue casual encontrarlo sentado en una banca frente al Estanque de las Tortugas, particularmente ese día cuando el azul del cielo de un sol luminoso llenaba de claridad los hermosos paisajes de Central Park. Impecable, elegante, con riguroso traje oscuro, camisa blanca y corbata gris plomo, Nikola Tesla, le daba de comer a las sisellas. El fotógrafo se sentó a su lado, sin saludarlo le dijo señalando a una graciosa paloma arrollera que picoteaba las migajas arrojadas en el suelo. –Es difícil imaginar un campo de fuerza responsable del movimiento de todos los cuerpos en el espacio. 

-El espacio vacío está lleno de energía indetectable –dijo el científico encausando una conversación que se había iniciado en apariencia de forma espontánea, pero Matthew quería llegar a un punto específico, un asunto que a él en particular le preocupaba. -La energía eléctrica está presente en todos lados en cantidades ilimitadas, esta energía que opera en el universo será la fuente que impulse todas las actividades de los seres vivos en su existencia diaria. Me refiero a la energía cósmica –añadió Tesla quién le dirigió una serena mirada a su interlocutor. 

-Me gustaría, si no tiene inconveniente que me hablara sobre la “Bobina” que usted inventó en 1891. Por lo que he escuchado, usted sugiere que este mecanismo hace funcionar a los platillos voladores, algo así como un motor para mover una nave espacial. 

Tesla sonrió –Y supongo que usted no lo cree. Justo, usted inició esta conversación tocando aspectos de mi Teoría Dinámica de la Gravedad, la cual asume que un campo de fuerza es responsable del movimiento de los cuerpos en el espacio. Energía ambiental, amigo… No me dijo su nombre… ¿verdad? El fotógrafo estuvo a punto de extenderle la mano al científico, pero de súbito recordó, que a Tesla le incomodaba esa inoportuna costumbre. –Matthew Anderson –contestó –soy fotógrafo… del New York Times. –Pero volviendo a su “bobina”… 

-¡Ah! La bobina de alta frecuencia, bueno… imagínese un transformador resonante el cual genera carga electrostática y electromagnética en la nave, estableciendo una función de polaridad. De hecho, la bobina es una columna con un espacio hueco que contiene un generador de turbina. Cuando se crea el vacío en un hemisferio de la nave, se le permite a la presión atmosférica correr a través del tubo, activando el generador eléctrico de la turbina. Los extraterrestres usan este sistema. 

-¿Los extraterrestres? preguntó el fotógrafo.

-Sí amigo -contestó Tesla levantándose de la banca, su chofer había llegado para recogerle. Tesla caminó erguido, silencioso, mientras Matthew lo veía perderse en el sendero cuyo fondo a lo lejos, enseñoreaba el bellísimo Castillo Belvedere…

 

La novela “Las puertas del tiempo” de venta enAmazon

 


 

jueves, 28 de abril de 2022

Fragmento de la novela Las puertas del tiempo - 2

 

En el café-bar-restaurante

Los asistentes puntuales esperaban que Susan, hermana de Hunter y bibliotecaria del café-bar-restaurante, abriera las puertas del establecimiento. Los lunes no se trabajaba al público, en cambio, el personal realizaba tareas de limpieza y clasificaba el ingreso de los nuevos libros adquiridos bajo el riguroso intercambio de ejemplares. Matthew, Raymond, Hunter y su hermana, pasaron directo al comedor de empleados, ahí les sirvieron el único menú que habían preparado para ese día. Después de una breve sobremesa bajaron al sótano donde se encontraba el salón de juntas del establecimiento y la biblioteca de libros y documentos clasificados como “no intercambiables”, el lugar se encontraba equipado con medidores automáticos para el control de iluminación, temperatura y humedad. Varias mesas de trabajo les permitió extender papeles, documentos y fotografías que habían seleccionado para esa ocasión. Susan vio por vez primera las imágenes del desfile, las pegaron sobre una pizarra que se extendía a lo largo de la pared. Se sentó a una distancia prudente frente a las fotografías, que analizó con excesiva atención sin comentar absolutamente nada.

Hasta ese momento sus especulaciones apuntaban a ciertos trabajos de investigación de Nikola Tesla y Albert Einstein, ambos a su manera, tenían una estrecha relación con la Alemania de Hitler, y ambos también a su manera, se habían comprometido con proyectos relativos a la “trasmisión de la materia a través del espacio tiempo”. Nikola Tesla lo había mencionado en varias ocasiones y lo había enfatizado de forma muy elocuente durante algunas de sus históricas entrevistas. Tema que relató refiriéndose a un artículo en particular de la revista “Immortality”, realizada en el laboratorio de Tesla en Colorado Springs en 1899. Hunter acaparaba la atención de todos mencionando unos fragmentos que había copiado de la histórica entrevista.

“Lo que se considera como espacio vacío es solo una manifestación de la materia que no está despierta. No hay espacio vacío en este planeta, ni en el Universo…” La materia es una expresión de infinitas formas de la luz, porque la energía es más vieja que ella.

Lee enfatizaba las palabras de Tesla, en relación al “espacio vacío” y la manifestación de la materia como una expresión de infinitas formas de luz. La voz lejana del científico, parecía anidar en los muros del subsuelo donde los sonidos reverberaban con sus ecos, como si se pudieran atrapar las palabras en los resquicios vacíos para colmarlos de ideas. Ya en otra ocasión, Tesla se había referido a un aparato que extrae la energía radiante del continuo espacio-tiempo. La energía radiante, según afirmó Nikola Tesla, es la que predomina en el Universo. En relación a este fantástico relato, era posible viajar a lugares sorprendentes utilizando el mecanismo de la teletransportación.     

Raymond movió la cabeza, comenzaba a desesperarse. Nada parecía tener sentido. Finalmente dijo con voz demandante -yo sólo quiero saber cómo llegó esa fotografía a la cámara de Matthew. Con evidente sorpresa, todos se encogieron de hombros. Ante el desconcierto de los presentes, Ray se disculpó, ya más calmado dijo –Me inclino más por los descubrimientos de Einstein- tomó uno de los documentos que Susan había seleccionado para la reunión. -Invisibilidad amigos, ese es el punto, invisibilidad repitió enfatizando con lentitud cada una de las sílabas.

Me parece que estamos en un callejón sin salida –intervino Matthew- La paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen, es sólo un experimento mental. El artículo es claro, habla explícitamente del carácter relativo del tiempo, medido por distintos observadores en diferentes estados de movimiento, lo que implica que no puede existir una asignación objetiva del instante de tiempo a todos los eventos que sea válida para todos los observadores a la vez. Susan temió preguntar, y casi titubeando dijo - están seguros de no haber visto el cuarto vehículo. –Completamente, dijo Ray. -Nunca hubo un cuarto vehículo agregó el fotógrafo.

-Voto por el plan B -dijo Hunter –estamos dando vueltas en círculo, así podemos especular hasta el infinito, esto no nos conduce a nada. Propongo que entrevistemos a ambos científicos. Nos presentaremos como reporteros del New York Times, a fin de cuentas los tres trabajamos ahí -guiñó el ojo- en efecto, “Book” era el autor de la tira cómica “Todos al Ataque”, cuyo protagonista Lucas, un simpático investigador privado, mantenía siempre a la expectativa a todos sus asiduos lectores de la sección editorial que aparecía los domingos. Hunter, además colaboraba con un puzzle de palabras cruzadas que se publicaba todos los días.

Susan había salido para organizar la comida, no tardó en regresar con una revista entre sus manos. -Me la acaba de entregar un niño, el chiquillo dijo que no podía volver mañana y no solicitó a cambio ningún libro. La portada tenía un dibujo a mano, colorido, a simple vista parecía representar un símbolo extraño. Las diez y seis páginas de su interior estaban en blanco, a no ser por un dibujo abstracto que alguien había trazado dentro de un pequeño rectángulo…

…Al concluir la jornada del día, cuando los empleados del café-bar-restaurante se habían ido, Susan bajó al sótano, había pasado una semana y los papeles sobre las mesas de trabajo aún permanecían ahí. En

realidad no le preocupaba mucho el no haberlos guardado, porque ella era la única que tenía acceso al depósito de documentos y libros del sótano, que por su peculiar contenido, eran clasificados como inestimables y a veces significativamente valiosos. Mientras hacía un poco de orden y teniendo frente a sí, las fotografías del desfile de Hitler en Berlín, le asaltó una idea bochornosa. -¿Y si Matthew nos estuviera gastando la más imperdonable de las bromas? A fin de cuentas, él era un experto en fotografía, un innovador de técnicas de vanguardia, asiduo expositor en la galería “Little Glint” de New York, donde solía en tiempos mejores reunirse con artistas e intelectuales dedicados al arte y a la investigación teórica de la imagen fotográfica. Incluso en la última exhibición de su obra “Neon and Gas” había sido objeto de una histórica polémica, suscitada a raíz de un acérrimo debate entre sus críticos más conservadores.

Susan Se aproximó al vehículo de las mujeres, sin duda una buena fotografía, más aún por el efecto sombrío que generaba el largo cabello suelto, como si ocultara de manera etérea las figuras humanas que se veían nítidas al fondo. Una estela bastante común a no ser por una ráfaga de aire natural que tuvo que ocurrir justo en ese mismo instante, tan intensa como para lograr agitarles a las damas la melena de esa manera. La bibliotecaria pensó que tal vez, el vehículo iba demasiado rápido, idea que descartó al instante, a menos que, discurrió de pronto, Matthew haya tomado la fotografía en otro lugar y hábilmente creado el montaje. Tampoco esa era una buena idea, la secuencia de los negativos no dejaba lugar a dudas la autenticidad de la misteriosa imagen.

Sin más, comenzaba a organizar los archivos que había seleccionado ese día, cuando vio la advenediza revista –pensó -Seguro un autor anónimo que busca notoriedad. Aunque la portada sin ser profesional era seductora, atrayente. El símbolo extraño que creyó ver en esa oportunidad, ahora le parecía como una secuencia de dos objetos que flotaban en el aire tras una explosión. El título y probablemente un subtítulo eran ilegibles, no por una mala caligrafía, sino por los símbolos, parecían ideogramas antiguos. Hojeó nuevamente las páginas que estaban sin numerar, justo en la que correspondía al número catorce, estaba la imagen de un impreciso dibujo enmarcado en un rectángulo. Su olfato de bibliotecaria y su poderosa sensibilidad la motivaron a guardar el cuadernillo en una gaveta bajo llave, en la sección de obras anónimas sin clasificar.   

Archivó todos los documentos, antes de apagar la luz centró su vista sobre el rostro enigmático de la mujer. En ese momento reflexionó, si no todo ese embrollo era producto de la caótica mente de Hitler. -Tal vez todo esto tiene que ver con Hitler –pensó. Después de revisar los controles de seguridad, apagó la luz, cerró con llave la puerta. Al salir del establecimiento, se dio cuenta que había luna llena y que el cielo iluminado, creaba sombras que se agitaban en el suelo, cuando el viento movía calmadamente la espesura ocre del follaje.

Matthew había vuelto a tener problemas nerviosos, eso decían sus médicos. Frecuentes dolores de cabeza acompañados ocasionalmente de vértigo y trastornos visuales lo habían mantenido durante varios días recluido en su habitación. El poco éxito de las entrevistas planeadas con gran detalle, influyeron en cierta medida a su abulia y desinterés por el asunto de la fotografía, en realidad ya no quería saber nada al respecto. El día programado para la reunión con Albert Einstein, su ayudante, un joven húngaro, le había entregado a Raymond Moore, justo treinta minutos antes del encuentro, una serie de preguntas que los reporteros del New York Times solamente debían formular. El ataque de Einstein a la teoría cuántica nunca había sido rebatido por el científico satisfactoriamente, así que el investigador aprovechó la oportunidad, para exponer con amplitud su preocupación y su posición determinante, de unificar los fenómenos luminosos y gravitatorios, en una sola teoría.

En tal caso, el artículo fue bastante bien recibido en el periódico. En cuanto a Nikola Tesla, todo resultó infame, para ellos y para el mismo científico que el día anterior había cancelado la entrevista. Habían sustraído de su habitación del hotel New Yorker de Manhattan, una cantidad importante de documentos y cajas con valiosa información. En medio de las engorrosas investigaciones sobre el inventario de la obra intelectual del científico que había sido robada, cualquier intento de hablar con Nikola Tesla resultaba completamente infructuoso. 

Novela "Las Puertas del tiempo" de venta en Amazon

Entrada Destacada

Erebo. El virus mortal.

  En el año 2045, el mundo era un lugar desolado. Las ciudades, que una vez brillaron con el bullicio de la vida humana, ahora eran ecos de ...