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lunes, 4 de julio de 2022

Quiero olvidar

 

Fragmento del poema “Raborá” 

QUIERO OLVIDAR   

Quiero olvidar
que te he olvidado
en el imponderable sueño
que se extingue frágil
cuando la marea
se descubre vigilante.
 

Quiero olvidar
y en el tiempo tenaz del olvido
tejer recuerdos inventados
de un mundo parecido al mío
cuyas formas y colores
se deshacen en la palma de mi mano.

Y si el olvido
es la onda del espejo
el viento agita su sombra
como altivo reflejo
de la criatura humana
ahí, donde las sábanas
son colgadas de los versos
cara al sol
que se interna en el sarcófago
lujurioso de la nube
entre el hueco acerado
de esta muerte silenciosa.

Más si el olvido es la centella
del cirio encendido en mi pecho
que invoca al verano de la serpiente
bajo la sombra desdeñosa
de los almendros
igual se esclarece
el reflejo del espejo
mirando el amanecer
de esta muerte silenciosa.

Lo sé
porque yo he visto
tu vacilante claridad
en las tinieblas
de la Torre de Babel
con fuego que purifica
el umbral de la memoria desnuda
como espectro furtivo
cuyo glauco rostro
copula en el sueño abandonado
al arbitrio de tu piel.

Más ¿quién puede olvidar?
Si el olvido
es la incitación del alba
sumergida en las tinieblas
de una funesta encrucijada
cuando inicia el día
sobre el horizonte.
 

Y hoy
esta mañana
tu recuerdo se diluye
en la cinta gris
del paisaje volátil de la nube.

Poema “Raborá” Homenaje a los poetas malditos

De venta en Amazon

lunes, 6 de junio de 2022

Ensoñación del poeta


 


Fragmento del poema Raborá

ENSOÑACIÓN DEL POETA

Algunas cosas se ven
con mayor claridad
en noches de luna llena
porque esa luz voluptuosa
tiene la virtud de iluminar
la porción exacta del pensamiento
que materializa el recuerdo
haciéndolo nítido y palpable.


Tal es la ensoñación del poeta
cuando convierte en sustancia
los versos arrojados
con febril erupción.
Cúmulos de lava candente
crecen como piedra petrificada
en el rincón del armario
en los frascos mohosos
y en cada lugar preciso
de las tinieblas
donde sucumbió el deseo
al abismo profundo e insalvable.

No hay búsqueda infructuosa
sólo una eterna espera
pero al fin
has visto florecer al amor
como un puñado de pétalos suaves
que deshojas tiernamente con la boca.


¡Cuán castrado es mi cuerpo!
Que vulnerable es la centella
cuando pierde su luz espectral
al romperse en mil pedazos los espejos.
Ahora ya nada importa
porque soy la sombra atrapada
en el reflejo
de mi dolorosa verdad
y así como la antípoda
se pierde en la distancia
yo me desvanezco en el tiempo
remoto de la memoria
convertida en polvo
que se hundió en el mar.


Navegan las olas
en el océano de recuerdos
y yo me veo pez y coral
y anémona temblorosa
a veces lirio
triste y sublime
a veces espíritu de fuego
en réplica perfecta
a una razón superior
acorde al movimiento
de la luna que viaja con la noche
como eterna compañera
de luz incierta
y breve canto luminoso.


Obra de teatro poético Raborá de venta en Amazon

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